¡Quién iba a pensar que llegaría el día del festejo de mi cumpleaños y de la familia del Manto Sagrado con más de 90 invitados!, Dios todopoderoso eligió a los que merecían estar presente y, sobre el adagio popular ‘sobre aviso no hay engaño’, renegar de la voluntad del creador es como escupir su rostro por sus mandatos, porque no hay ni habrá ser humano en este mundo que pueda destruir la obra del omnipotente.

Con tan solo siete ensayos y con una perfecta armonía – guiada por la inspiración divina – se tuvo excelentes resultados en cuanto a la actuación, el canto y el baile. De esa manera se puede merecer, en forma de sacrificio, los grandes regalos espirituales que siempre nos concede por nuestra entrega y obediencia, pero sobre todo por poder expresarnos con fe y amor en todo momento, saber perdonar y ganar indulgencias, para así alcanzar la justicia y poder derribar al egoísmo repugnante. Bendiciones que Dios nos otorga.

Una fuerte lluvia se desató el sábado 22 de abril en casa de Tere Rey y mientras esperábamos que la tormenta pasara, poco antes de las 8 de la noche, se dio inicio al espectáculo, con invitados del estado de Morelos, Oaxaca, Querétaro, Puebla, Hildago, Estado de México, de la CDMX y de Lima, Perú, quienes ansiosos aguardaban ver ‘Cabaret CDMX’. Los cientos de luces se encendieron, el humo apareció forrado de diferentes colores, las chispas de fuego en frío se disparaban hasta el cielo y la música alegre nos hacía respirar los aires de libertad, abriéndose el telón con un show espectacular de plumas y lentejuelas.

La cereza del pastel la puso la compañía de danza folclórica ‘Kan Ek cuatro estrellas’, que dio paso a Lila Downs y Natalia Jiménez con ‘La Cigarra’ (huapango mexicano) y con la magistral danza del huapango hidalguense ‘Prietita Clara’, enarbolando la bandera de México y mostrando su arte y su cultura.

Nunca imaginé ser mexicano, nacido en Lima, Perú, y no es por los 32 años que llevo en este hermoso y bello país, sino que mi espíritu y mi alma se enriquece día a día en estas mágicas tierras, aferrándome a sus propias raíces. Al recibir un homenaje como tal, mi corazón se hincha de emoción de ver la cosecha que a lo largo de estos años he sembrado con fe del corazón y con la fuerza del amor. Dios guarde a quienes siempre me bendicen y les colme de muchos bienes materiales, así como espirituales, pero sobre todo les pido no perder la confianza de seguir avanzando haciendo siempre el bien.

Como sorpresa hizo su entrada señorial el mariachi ‘Real de la Montaña’, cuyos integrantes hicieron vibrar a cada uno de la familia espiritual con sus acostumbradas serenatas, demostrando su supremacía en la música regional mexicana. Al final se presentó la ‘Orquesta Stelaris’, que nos deleitó y nos contagió su alegría, a ritmo caribeño, con unas cuantas variedades de música salsa y de cumbias de diferentes estilos, que puso a bailar a todos los presentes.

Todo combinó con un perfecto bufé, que permitió a los paladares más exquisitos degustar de rico manjares como, paella mar y tierra, alioli, agua de carambola con maracuyá, limón con yerbabuena, fresa con menta, empanadas cuaresmeñas de romeritos, atún a la vizcaína, rajas con elote, mole verde con pollo, bacalao a la vizcaína; ensaladas de col morada, lechuga italiana con piña, pepino, manzana en espirales; lechuga italiana y sangría, uva verde melón, betabel suprema de naranja, aderezo de balsámico; lechuga italiana, col kale, espinaca con jitomate uva, queso feta, aceitunas negras, pera en vino tinto, miel de albahaca.

Hoy, quiero regalarles un fragmento de lo que fue mi festejo por mis 62 años de vida. Bendigo a cada uno de ustedes tan solo por leer este pequeño artículo, que me llena de mucho orgullo. Dios los bendiga siempre.