El Sultán ingresó al Bioparque Urbano San Antonio, que tiene una vista extraordinaria al suroriente de la CDMX, con su vestimenta impecable, con un turbante que brillaba al ritmo del sol saliente de un mediodía caluroso. Los invitados asistieron a la cita con sus vestimentas del Medio Oriente y con sus ofrendas al monarca de la alegría, de la paz y del amor. El escenario se paralizó cuando los integrantes de un cuarteto fino y elegante, ‘Voces Continentales’, entraron tocando las mañanitas.

La casita número dos se transformó en una perfecta tienda árabe, con suficiente espacio para degustar la gastronomía del Medio Oriente. No pudo faltar el tabule, ensalada de papa, pan pita tostado con jocoque, falafel, kibbe, kebbec, las deliciosas brochetas sedosas de pollo con las exquisitas empanadas de espinacas, cerrando la degustación con mis adorados dedos de novia, matizados con agua de hierbabuena con anís, y agua de limón con menta, refrescando la tarde con el excelente servicio de Kaffeehaus Texcoco.

Entre música, risas y canto se dio la sorpresa de la tarde: el concierto del Sultán, acompañado por el director musical, arreglista y guitarrista Angel Chacón; luego continuó la prima del Sultán, Rosita Los Santos (cantante internacional), llegada de San Francisco, Estados Unidos, quien nos regaló su hermosa voz en una serie de intervenciones musicales, dejándonos boquiabiertos.

Después se levantó de la mesa una hermana adoptada en este hermoso país y que también lleva los lauros peruanos, la cantante Carmina Cannavino, obsequiándonos con su bella voz varias canciones de su repertorio. Cerró con broche de oro Liliam Castro, brindándonos una demostración de su arte escénico, al bailar de manera espectacular unas danzas árabes.

Llegó la hora final de la fiesta al Sultán y todos se levantaron a cantarle al homenajeado, quien pidió sus tres deseos, sopló la vela y mordió el pastel (regalo de Lupita Sánchez, de Mónica Bautista y de Remedios Ramirez) de la pastelería Alcázar (mousse de choco-frambuesa). Cabe mencionar los arreglos florales, ofrecidos por Dalia Martinez y las botanas dulces y saladas, por Teté Castillo, así como los recuerdos impresos en pulseras con diseños de mandalas, que se regalaron para tal ocasión.

Habiendo transcurrido todo en orden y sin contratiempos, por medio de esta nota quiero agradecer a Esperanza Lozano, Alan Lazalde y a toda la familia espiritual, por hacer posible que este evento haya sido el mejor cumpleaños de mi vida, ‘recordando mi primer año’. Dios los bendiga siempre por tanto amor.