Recuerdo que hace diecisiete años llegó a mi vida espiritual una señora muy trabajadora, sedienta de la luz de Dios. El tiempo pasó tan rápido que nunca miramos hacia atrás, en su constante lucha en la obediencia nunca desmayó, semana tras semana, con su cruz a cuestas y con doble esfuerzo, hacía lo imposible para no faltar a sus sesiones espirituales. Durante todo ese tiempo, llegaron los premios materiales y espirituales, tanto en la salud como en el dinero, pero faltaba el amor. Esa fue la prueba más difícil de su vida, que logró pasarla contra viento y marea, con lágrimas y risas. Hoy, quiero felicitarla por su fe, tenacidad, perseverancia y su lucha incansable obedeciendo a Dios por encima de todas las cosas.

Por ello, quiero regalarle este artículo, que sirve de ejemplo para muchos de que tarde o temprano nos llega la hora del premio/castigo y que por encima de todas las cosas está Dios. Esta es la historia de una de mis discípulas que, con humildad y nobleza, se desprendió de sus fondos de ahorros hace once años para regalarme la primera espada, que fue consagrada a San Miguel Arcángel. Hoy la bendigo y bendigo su nueva vida, con el mejor regalo que Dios le pudo dar, con un verdadero hombre que la tomó como esposa para toda la vida. Esta es su historia, que comparto como testigo del poder absoluto del quien todo lo puede, como premio a su obediencia.

Hace un año en Pachuca de Soto, Hidalgo, contrajeron nupcias Concepción del Carmen Martínez Maldonado y Juan Jiménez Trejo, a sus 51 y 58 años respectivamente, quienes emprendieron un nuevo camino en sus vidas, enfrentando los retos que ello implica. Su historia de amor nace un 25 de abril de 2011, en un desayuno convocado por amistades en la Ciudad de México, día en que cupido hizo una extraordinaria labor: unir dos corazones. La realización de sus sueños se refleja hasta el día de hoy, en la construcción de un solo ideal, haciendo realidad lo que antes llamarían proyecto de vida.

El evento masivo se llevó a cabo a las 11 horas en ‘Salones Perla’, ubicado en avenida universidad No. 125, Pachuca de Soto, por el gobernador de dicha entidad, José Francisco Olvera Ruiz; el presidente municipal, Eleazar García Sánchez y la presidenta del sistema DIF Hidalgo, Guadalupe Romero de Olvera, como madrina de los enlaces. Carmen y Juan fueron la pareja número 306. Ellos adoptaron una bella responsabilidad: crecer unidos en las diferentes etapas de la vida, compartiendo juntos los retos y logros para, así, dejar de lado la soledad y vivir en compañía para toda su vida. Recuerdan los afortunados, hoy esposos, que se realizaron varios sorteos; entre ellos, un viaje a Acapulco, Guerrero, por 5 días y 4 noches, regalo donado por los comerciantes del centro histórico; también se regalaron televisores, pantallas LC, artículos para el hogar, entre otros premios. Los no premiados recibieron un juego de utensilios de cocina. El pastel fue donado por la pastelería más antigua, «La flor de Pachuca»; también hubo variedad de comidas, mariachis, y un conjunto musical patrocinado por el Gobierno del Estado.

Hoy lo recordamos con la misma alegría de hace un año y, nuevamente, bendigo esa unión pidiéndole a Dios que vivan para siempre en el amor. Confirmo, una vez más, que solo Dios nos da la dicha y la felicidad con un amor real.