EL R.P. HAROLD MARLOW CORRIERE (Ascendió al séptimo cielo)

R.P. Harold Marlow Corriere

R.P. Harold Marlow Corriere

Fue un sábado 15 de octubre de 2011 en que recordamos tu partida física material, pero convencidos estamos que hoy, más que nunca, vives no solamente en nuestros corazones sino en cada uno de nosotros y en cada rincón de nuestros hogares o trabajos. Esta vez me siento afortunado de compartir la noticia que me fue revelada meses atrás. Por el poder de Nuestro Señor Jesucristo, me fue manifestado en una clara y pura videncia tu ascención al séptimo cielo. Nunca olvidaremos todos los momentos bellos que nos enseñaste con tu sola presencia, tu perfecto don en el hablar, cuidando siempre tus palabras, sin sesear para no dañar a los demás. Jamás olvidaremos los valores que nos inculcaste en muchas de nuestras etapas álgidas de nuestras vidas. Reconocemos que Dios, en su infinito amor, nos regaló a un ser humano verdadero y transparente, que nos mostró sus virtudes y sus defectos, que nos enseñó el verdadero hombre que lucha en esta vida por querer alcanzar la perfección, que nos enseñó el verdadero amor. Nunca olvidaremos tu entrega, luchando incansablemente hasta el final, amando siempre a nuestro Salvador.

México te quiere y aún mas nuestra amada Virgen de Guadalupe, que te abrigó en su Basílica por el amor que siempre le profesaste. La Villa llora tu ausencia, tus pasos no se sienten en el Atrio de las Américas, la antigua Parroquia de Indios quedó sin su Cuauhtlatoatzin, en la Capilla del Cerrito no hubo más flores frescas, en la cima del cerro del Tepeyac y el Panteón solo se respira soledad, en la Capilla del Pocito ya no corre el manantial, el Convento de las Capuchinas cerró sus puertas para volver a ser un claustro, el museo dejó de tener exposiciones y la nueva Basílica de Guadalupe extrañará al digno representante de la Iglesia Católica del Callao, donde salió victorioso con su Biblia en mano y con su eterna sonrisa, después de concelebrar una misa señorial.

Hoy, en tu aniversario, queremos recordarte con los buenos ejemplos que nos heredaste y  con aquellos dones que pudimos apreciar a través de los años, en el tránsito de tu vida por esta hermana humanidad. No cabe la menor duda de que fuiste un hombre muy afortunado por haber heredado el amor de Dios y que nunca cupo en tu corazón el odio y la sinrazón, que siempre estuvo contigo el servir a los demás, como lo hiciste en tu ejercicio diario con toda tu familia y demás, a quienes encaminaste por el sendero de la verdad, haciéndolos volar.

Nosotros, tus herederos, seguimos aún vivos para continuar con esa maravillosa obra que tú nos enseñaste por medio de la primera carta del Apóstol San Juan, Capítulo 4, versículo 8: El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Con este pequeño artículo deposito mi ofrenda floral para que quede perpetuado en el Pabellón ‘SAN ESTUARDO II’,  LETRA  E – Nº 25 – Cementerio Baquíjano y Carrillo del Callao, donde tus restos brillarán y tu alma buena angelical nos acompañará por siempre, desde el séptimo cielo.

                                       Requiem aeternam dona ei  Domine.
                                       Et lux perpetua luceat ei.
                                       Requiescat in pace.
                                       Amén.

4 Comentarios

Milagros Rivoin Los Santos

15 octubre, 2012 a las 14:38

Bello, bello !!!!! como siempre la emoción invade mis sentidos.

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Patricia Salas Marlow

15 octubre, 2012 a las 22:51

Gracias Ivan por tan hermosas palabras y por la manera cómo lo llevas en tu corazón. Se siente y a mi tío el R.P. Harold Marlow se le siente!!!

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Alan

20 octubre, 2012 a las 4:48

Mediante tus palabras lograste transmitirnos la enseñanza de amor a Dios que Harold te heredó.

Y tu Iván me enseñaste que la obediencia a Dios cuando se lleva con amor, se convierte en libertad.

Bendito Harold y bendito tú, maestros y amigos.

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Harold Salas Marlow

13 febrero, 2024 a las 2:10

Muchas gracias Iván por llevar siempre con mucho cariño el recuerdo de nuestro querido padre Harold

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