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EL TATA HA MUERTO

‘El Tata ha muerto’ fue nuestra puesta en escena para la fiesta del Día de los Muertos, que se llevó a cabo en la casa de Tere Rey, cuyo número de invitados -70 personas- sobrepasó el cupo de los anteriores años. En un evento sin precedente (comedia musical), actores y actrices de la familia del Manto Sagrado demostraron la excelencia en el arte escénico.

El tema presentado trató sobre la ambición y los artistas mostraron su arte, tanto en la actuación, el baile como en el canto, con mi técnica en desarrollo de la improvisación temática. Me siento orgulloso, como director de teatro, del trabajo profesional de nuestros hermanos, quienes, con fe y sacrificio, se lo entregaron a Dios.

La historia se inicia con la presencia de ‘La Muerte Universal’, al compás y al ritmo de la canción ‘Cuatro Cirios’, acompañada por el saxofonista Alejandro Cornejo, quien nos deleitó con su música de obertura para la hermosa comedia musical por representar. Terminada su participación, entró al escenario, en el cementerio de San Simón, José María -nieto del supuesto difunto-, acompañado de su esposa Concepción del Carmen -con una expresión de mucho desagrado por los olores fétidos que siempre se desprenden en esos lugares-. Ambos fingen tristeza y dolor por la muerte de su abuelo, llamado ‘El Tata’, pero con la idea de ser el único heredero de su fortuna.

Al ver que no se moría a sus 115 años, su esposa y él tomaron la decisión de envenenarlo, le dieron a comer pollo con mole con harto ajonjolí, que era del gusto del anciano. La premura de tener todo el dinero en sus manos, así como propiedades y terrenos, hizo que decidieran llamar al notario en pleno velorio para que diera lectura al testamento. En el ir y venir aparece el párroco Agapito, para hacer el responso con sus plañideras, seleccionadas por sus bellos cuerpos para el deleite de los presentes, haciendo casting y enriqueciéndose a costa de sus esfuerzos por la ambición de tener dinero. Así, pone de manifiesto que la iglesia es una empresa pobre y necesita cuotas económicas porque, según el susodicho sacerdote, la iglesia está hipotecada. Todas, mentiras ocultas para poder enriquecerse a expensas de los feligreses, a quienes llama ‘clientes’.

Habiéndose pagado sus servicios religiosos en un paquete básico, terminó su participación robando el abrigo de José María. Después, se sintió un viento escalofriante, que anunció la presencia de la muerte mexicana, ‘La Sandunga’, con un espectáculo único de canto y de danza contemporánea, para luego enfrentarse a ‘La Muerte Universal’ en un juego de palabras de lucha y de poderes, con el fin de quedarse con el alma del ‘El Tata’.

Retornando con el nieto y su esposa, ellos se encuentran con los panteoneros, quienes en estado etílico y bañados de pulque piden dinero para cavar el hoyo y enterrar el cuerpo del susodicho abuelo. En un tira y jale, con ciertas discusiones nuevamente de ambición, y con la premura de no ver más el féretro expuesto (ante el pueblo presente que solo fue a tomar chocolate y pan de muerto), aparecen las fantasmas, generando risas y travesuras. Del público sale una mujer que se dice llamar Alma Marcela y manifiesta ser esposa del difunto, originándose una trifulca por la herencia.

Al cabo de un rato de discusiones por la herencia, hace su acto de presencia en el velorio el tan esperado notario ‘Gumersindo Montemayor’, quien en un acto protocolario abre el testamento, lo lee a todos y al escuchar cómo se distribuye la herencia, quedan boquiabiertos porque la afortunada heredera será una mujer desconocida. Esto enardecerá los ánimos, momento en el cual aparece de sorpresa y de forma inesperada ‘El Tata’, quien fingió su muerte para conocer a los ambiciosos de su familia. Al no conseguir su objetivo el nieto José María, el notario se retira, al igual que Alma Marcela y Concepción del Carmen. El abuelo se queda solo con el nieto, discutiendo y reclamándole, hasta que José María venga la muerte de su abuela matándolo. La trama termina con las muertes asociadas, ‘La Muerte Universal’ y la muerte mexicana, ‘La Sandunga’, llevándose el alma de ‘El Tata’. En el final de la puesta en escena, se escucha el compás del saxofón, interpretando ‘Cuatro Cirios’.

28 Comentarios

Tina

12 enero, 2025 a las 13:30

Excelente comedia con mucha enseñanza sobre la ambición y lo podrida de la iglesia felicitaciones a todos los actores

09

Nov

EL TATA HA MUERTO

28 Comentarios

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