DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS EN CHIAPAS, MÉXICO
Esta vez, Chiapas fue el protagonista de mis vacaciones porque es mucho lo que se habla de los lugares paradisiacos por esa parte del Sur de la República mexicana, por su gente y su cultura. Los tours a las comunidades indígenas fueron de las experiencias más interesantes y, a su vez, aterradoras, sin dejar de lado la similitud de las culturas entre México (tzotziles, tzeltales, zaques, tojolabales) y Guatemala, tierra de los Cack’chiquel, Quek’chi, Mam y Tzutujil, por tratarse de los mayas.
Si bien es cierto que los mayas tienen un sincretismo religioso utópico, para el turismo nacional e internacional (sea cual sea su preferencia religiosa), visitar dichos pueblos es estar sujeto a una discriminación indígena por no ser o pensar como ellos. Como crítico de usos y costumbres, me veo en la necesidad de manifestar la desigualdad existente en los pueblos indígenas, donde se mezcla la brujería, el curanderismo, con sus creencias profanas que resaltan en todas esas comunidades o tribus. Este hecho incentiva su odio al exterior o, mejor dicho, a todos aquellos que no forman parte de su sociedad, proyectando miedo, angustia y terror.
Es una lástima que en nuestra era cristiana todavía se generen desigualdades religiosas que generan confusión y complejas negociaciones culturales, donde unos pocos se enriquecen con la ignorancia de muchos, al crear leyendas y tratar de incriminarnos en un pasado histórico inexistente. Siempre debe haber un culpable de tal desgracia humana, quienes se jactan en premiarse unos a otros con efímeros discursos incoherentes.
¿A quién culpar? ¿A la religiosidad o a los jerarcas de la Iglesia católica para seguir dominando con su poder económico, político y social? ¿A la conciencia errónea? ¿Al genocidio masivo que generó el asalto español? ¿A las complejas negociaciones culturales? ¿A la ignominia? ¿A los nefastos pensamientos? ¿A quién culpar, cuando al visitar Zinacantán y San Juan Chamula eres tocado por el mal y víctima de una brutal discriminación? ¿A quién culpar? Juzgue usted.
5 Comentarios
Norma De La Rosa
27 mayo, 2016 a las 19:46
Hola Iván, me parece un buen artículo pues es muy critico. Desgraciadamente no conozco el lugar y por lo tanto tampoco a sus pobladores, hecho que solo me permite quedarme, al menos por ahora, con una descripción y un análisis pero lo que si me gustaría apuntar es justo que las interrogantes con las que cierras dicho artículo, son muy interesantes y que definitivamente se prestan a un gran debate y que muy probablemente abre aun más interrogantes, me encantaría hablar sobre dicho tema contigo. Saludos y espero verte pronto 🙂
Edna Barrera
30 mayo, 2016 a las 11:00
Interesante la opinión que das en tu artículo. Me dejas pensando en ¿quién discrimina a quién? Es curioso que cuando se visitan algunos lugares puedes llegar a sentirte excluido porque tus creencias no son similares a las de ellos o viceversa, creo en este mundo puedes encontrar un sinfín de cosas en las que la conducta y el comportamiento humano te pueden sorprender de una manera infinita. Posiblemente la manera en cómo ellos se comportan son vestigios de lo que han vivido sus antepasado y no han roto esas «cadenas» que los mantienen a la defensiva con los «externo», por lo que surge la pregunta ¿qué tanto el pasado de una comunidad afecta el presente y el futuro? A veces, sólo basta que uno rompa el esquema y contagie a los demás para hacer el cambio.
Saludos.
Juan José Landa Ávila
30 mayo, 2016 a las 22:09
Hola Ivan, interesante tu artículo. La verdad para conocer la vida de los indígenas mexicanos lo mejor es visitar sus terruños como lo hiciste tú. Ya que observándolos de cerca se palpa su idiocincracia. De esta forma puedes sacar tus conclusiones como lo hiciste tú. Y veo que algunos aspectos de los indígenas te decepcionaron como su desprecio a lo contrario a ellos. Pero tienes razón los indígenas se encierran en su mundo porque tergiversan su visión del sincretismo. Quizá la teología de la liberación les afectó y los relegó ante la sociedad, Te felicito por tu visión antropológica aunada a su visión espiritual.
Carmen Martinez
31 mayo, 2016 a las 10:49
Hola ivancito lo que citas en este escrito es verdad, por todos los mitos y manipulaciones de la religiones y sectas protestantes que terapean a los grupos de gente que por su ignorancia caen en las prácticas inadecuadas de dañar a su prójimo hasta arrebatarles la vida o dañarlos de por vida si no encuentran a la persona adecuada para que las liberé y no solo las time, desde siempre el bien y el mal caminan paralelamente, mientras no se rompa el nivel es neutro, pero si nos desviamos vamos fracturando esa armonía existente, ojalá todos tomemos conciencia de la ley de causa y efecto, y siento que nadie tendrá problemas. Bendiciones.
Diana Gutierrez
1 junio, 2016 a las 21:17
En tu análisis resaltas algo que se da a nivel mundial: «unos pocos se enriquecen con la ignorancia de muchos» . Los indígenas en la mayoría de los países conquistados viven con resentimiento a lo foráneo y esto es trasmitido entre generaciones. Los culpables de hoy son los gobiernos que no aplican políticas que incorporen a los indígenas en un proceso de recuperación y ahondan aun mas el resentimiento y odio.