MI CRISTO ROTO DE LA ISLA

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San Marcos y su feria no esperaron tanto tiempo para partir con toda la familia rumbo a San José de Gracia, para contemplar de cerca a su ‘Cristo roto de la isla’ con su majestuosa altura de 28 metros. Sin la cruz a cuestas, totalmente mutilado, sin brazo y sin pierna, parado en el corazón de una presa.

Gracias a su antiguo pueblo viejo, que desapareció víctima de una gran catástrofe, emergió de las aguas y se  enfrentó a la cruel realidad de un éxodo inexplicable que dio a luz a un nuevo pueblo. Fue entonces que salimos rumbo a tu santuario para recordar la historia de tu poder y tu gloria, abordando una lancha y cruzando la presa para verte de cerca, sin dejar de  presenciar tus distintos tipos de Cristos que alberga tu santa Iglesia mexicana.

Volamos con nuestros sueños y llegamos a ‘Parque Aventura Boca de Túnel’. Nos atrevimos a conocer la impresionante vista de tu paisaje semidesértico combinado con el bosque de pinos y encinos en tu sierra fría. Tus grandes cañones formados hace millones de años deleitaron nuestras pupilas, así como tus puentes colgantes, vías ferratas, tirolesas y mucho más, que estuvieron siempre en nuestro alcance.

Tu Presa de Potrerillo, que actualmente cuenta con el veinte por ciento de su capacidad, nos sigue dando vida y con sus escasas especies de flora y fauna perdidas en un túnel legendario de tres kilómetros, espera ansiosamente en el desierto el milagro de la lluvia de mi ‘Cristo roto de la isla’.

 

In memoriam a Christiam Rivoín, recordando su onomástico.


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