TÚ Y TÚ, SOLAMENTE TÚ
Solamente tú me inspiraste, al salir de la estación ‘Callao’ del metro de Madrid, y fue tu voz que apareció en el preciso instante como aquel representante y líder conquistador de Hernán Cortés, recordando haber recibido como ofrenda y regalo el penacho de Moctezuma II, tlatoani de los mexicas.
Solamente tú te manifestaste en la Ciudad de México el día de la Santa Cruz y en un bello trance me fue revelado tu nombre, mas no manifestado. Heredero de dicho penacho, nacido en los territorios de los mexicas quienes te eligieron para una digna preparación con el arcángel Chamuel, revestiéndote con una nueva luz.
Solamente tú sabes el tiempo que necesitas para tomar lo que ya te fue entregado. Tal vez sigues sumergido en la compra y en la venta que no te dejan ver el camino marcado por tus productos agropecuarios, pero la puerta nunca se cerrará y seguirá siempre abierta esperando tu libertad, esperando tu risa de comercio internacional.
Solamente tú me regalas la estrella llena de paz y armonía que despierta mi alma con tus grandes destellos de un verdadero tlatoani. Enséñame tus heridas, que no te importe el mundo entero y sigue navegando entre las olas de mi voz, entregándome tu vida, así como tus cuatrocientas plumas de quetzal y mucho más.
Tú y tú, solamente tú fue el regalo espiritual que los dioses mexicas me quisieron dar en esta jornada espiritual, mientras veo la estación ‘Callao’ del metro de Madrid.
Tú y tú, solamente tú.