¿DE QUÉ COLOR ES LA CAMISA?
Oscuro fue mi sueño, mi primer sueño después de tu partida, y es que mi corazón se partió en dos al conocer tu tristeza y tu abatimiento, solo caminabas sin rumbo con una camisa rota y negra, y no me podías ver, en todo el alrededor no había luz. Todavía hay lágrimas que corren por mi piel, porque quiero verte bien, en paz y con Dios.
Muy temprano me levanté para preguntar qué es lo que había pasado. No me gustó verte mal vestido y con harapos, mas te fuiste acercando poco a poco, como en cámara lenta, y seguías con la cabeza gacha, mirando tu sombra, hasta que nuestros cuerpos se encontraron, tal vez diciéndonos: ¿quién dará el primer paso?
Antes de continuar levanté mi mirada al cielo, para preguntar si debería de abrazarte y se apareció un rayo de luz que, sin ton ni son, hizo que mis manos se elevaran dando entrada en mi regazo a tu fallido cuerpo. Te abracé, te besé, y tú siempre con la mirada inclinada hacia abajo. Bien sabemos que no hay casualidades sino causalidades, ¿qué nos está regalando la vida?
Recuerdo un día antes, que un amigo y hermano había soñado contigo, te veía en una esquina con una camisa verde, y llevabas en tu cabeza una cachucha del mismo color, pero se impresionó al verte delgado, envejecido, con una piel grisácea, calvo, muy enfermo sin poder coger la calle. Quisiera decirte más cosas de las que me dijeron, solo me queda esperar y orar por ti, quiero que te sientas feliz.