Ayer fui a un centro comercial  y me llamó la atención que ciertas personas leían las etiquetas de los productos que se exhiben para su venta,  grata fue mi sorpresa ver que los mismos mexicanos se están uniendo para no comprar nada que diga: » Hecho en China» o «Made in China».

No cabe duda de que la influenza humana y la discriminación por la que atravesaron  los mexicanos en el mundo, están haciendo de este país una de las grandes fuerzas en América.

¿Qué sería de China si todos los americanos nos uniéramos para consumir lo que nuestros pueblos producen? ¿Sería China la segunda potencial mundial?

Creo que este es el momento para que nuestro continente resurja como el ave fénix y tomemos conciencia de dejar atrás el malinchismo que todavía brota en algunos sectores de nuestras sociedades.

Es indudable que la vida nos sigue enseñando y que detrás de una desgracia está la felicidad de un pueblo ejemplar  que, estoy completamente convencido,  será nuestro México.